Wednesday, February 08, 2006

Petite Marcela

"El trastorno disociativo se caracteriza por una pérdida parcial o completa de la psiquica normal, en especial de la memoria y de la conciencia de la propia identidad o personalidad. Mostrando una estrecha relación temporal con acontecimientos traumáticos, problemas insolubles o relaciones interpersonales alteradas. Su formulación diagnóstica implica malestar clínico, deterioro en el plano social o en otras áreas del desarrollo personal"

Recuerdo aún la primera vez que te tuve delante, justo antes me había leído el fax que llegó con todos tus informes y la ficha de derivación de un famoso Albergue de Madrid, el cual decía que no habían podido hacerse con tu caso, en definitiva de tí , pequeña Marcela.
¿Cómo explicar el efecto que causó tu aspecto de niña con esa mirada sedada, tu voz elentecida,como ausente, sin vida , fija en aquel objeto que daba vueltas y vueltas fruto de tu compulsión ?
Era la segunda vez a lo largo de mi corta carrera en el Campo Social ,que un caso me superaba así de entrada, ( pues una sensación de pánico me llegó fuerte al estómago,tal vez por temor de no saber intervenir correctamente, no lo se ) .
Viniste hacia mi gritando incoherencias, para luego abrazarte llorando pidiendo que no te abandonara y no lo hice jamás, (hasta que tu lo decidiste, claro).
Fueron casi dos meses de trabajo contigo,por fín un psiquiatra nos dió tu diágnostico "Trastorno disociativo de la realidad". Sí, mi pequeña Marcela,escondías un pasado lo suficientemente doloroso para buscar otras realidades y tratar de suplantar esta triste vida por otra que en tu interior te hacía más llevadera la existencia.
Tu propia familia en Colombia te vendió a una red de prostitución que operaba en nuestro país....,la policía te encontró en un parque desorientada en medio de una de tus crisis ,supimos después que también habías sido madre fruto de la violación de un tio tuyo justo ahí vino tu venta.
De nuestra mano aprendiste a ser querida y cuidada , a llevar una rutina como: sentarte en una mesa a comer , cepillarte los dientes después de cada comida, pasear por la ciudad e incluso ir al médico, sí pudimos medicarte en la medida y bajo supervisión de la Unidad de Psiquiatría se parcheó en parte el dolor,tu dolor, pequeña Marcela.
Me preguntó como conseguí sentarme (y tu a mi lado), en el despacho del Consúl de tu país en Madrid, como aquella mañana para mí salió el Sol de golpe cuando te documentaron y tenías pasaporte.
A medida que ibas sintiéndote mejor nos demandaste volver a Colombia, pedías a tu bebé nosotros respetamos tu voluntad, (pese a mi dolor y egoismo nada profesional por cierto), me puse manos a la obra y por mediación de Cruz Roja España, conseguí el billete de retorno.
Nunca sabré como ha sido tu vida desde entonces,pero a mi me diste una gran lección.Allí donde te encuentres, gracias pequeña Marcela.